Las Médulas es un entorno paisajístico español formado por una antigua explotación minera de oro romana situado en las inmediaciones de la localidad homónima, en la comarca de El Bierzo, provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León.
El trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso la alteración del medio ambiente pero dio como resultado un paisaje de arenas rojizas, cubierto en la actualidad parcialmente de vegetación de castaños y robles. Se considera un «paisaje cultural» y tiene la denominación de «Parque Cultural».
Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996, en atención a su interés arqueológico. En 1997 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad1 y Monumento Natural en 2002.
Este lugar está considerado como la mayor mina de oro a cielo abierto del imperio romano. En esa época, los romanos realizaron una intensa labor para extraer el oro de dichas tierras, cuyo trabajo alteró considerablemente el paisaje hasta convertirlo en lo que vemos hoy en día. Como resultado un inusual paisaje de color rojizo con sinuosos caminos e impresionantes desfiladeros. Pese a tratarse de un lugar totalmente artificial, Las Médulas están consideradas un Bien de Interés Cultural desde el año 1996 por su gran valor arqueológico. Pero no solo eso… Sino que al año siguiente la Unesco lo consideró Patrimonio de la Humanidad.
Tal y como hemos comentado, el origen de Las Médulas data de la época romana del emperador Octavio Augusto. Más tarde, Plinio el Viejo administró las minas y aseguró que se extraían cerca de 20.000 libras de oro al año, lo que supone más de 1.500.000 kilos. Tras analizar el territorio de Las Médulas, el profesor y arqueólogo Antonio García Bellido, afirmó que las tierras removidas en esta zona rondan los 500 millones de metros cúbicos. Además, los últimos estudios aseguran que aquí trabajaron entre 10.000 y 20.000 hombres.
Rutas de senderismo por Las Médulas
El mejor punto de partida para conocer este curioso paisaje es el Aula Arqueológica, ya que allí podrás conocer cómo se realizaba la extracción del oro y cómo eran las complejas obras de ingeniería para canalizar el agua. Además, también podrás contemplar las increíbles vistas desde el Mirador de Orellán, situado en el pueblo con el mismo nombre. Mejor hacerlo a primera hora de la mañana para disfrutar del amanecer o a última hora de la tarde para el atardecer. En el Centro de Recepción de Visitantes te asesorarán sobre las posibles rutas que puedes realizar.